EL NUEVO ACUERDO NO ES PARA NOSOTRXS ✊🚫
El jueves 17, empieza el juicio por la impugnación colectiva que hemos levantado, un juicio que no solo cuestiona el acuerdo, sino también el sistema que pretende vendernos precariedad bajo la falsa promesa de mejoras. Reflexionando a medida que se acercaba el día, hemos querido hoy recordar por qué protestamos y por qué no podemos permanecer en silencio.
Sabemos que el silencio les resulta cómodo, que se alimentan de la inacción y se enorgullecen del conformismo. Pero este acuerdo, firmado sin nuestra rúbrica, no es para nosotrxs. No lo hemos aceptado, porque no es más que otra vuelta de tuerca que aprieta, que precariza y que desgasta.
En CGT hemos dicho NO, y lo seguiremos diciendo en voz alta.
¿Cómo nos piden que permanezcamos impasibles cuando han firmado nuestra sentencia de precariedad? ¿Cómo pretenden que agachemos la cabeza y nos conformemos con unas migajas mientras destruyen nuestros derechos uno a uno?
Nos preguntamos ¿Cómo será vivir sin resoplar ni exclamar, de vez en cuando, “¡menuda mierda!”? Quizá, para conseguirlo, haya que ser cínicos o tan ingenuos como el Homer Simpson que se proclamaba a sí mismo “un hombre mágico del país feliz, de la casa de la gominola, de la calle de la Piruleta.” Pero aquí, la única magia es el truco barato de una empresa billonaria, que nos adormece en una falsa calma global y un espejismo de prosperidad.
¡Ah, claro, porque un euro extra en la ticket restaurant es exactamente lo que necesitamos para pagar el alquiler! ¿verdad? O quizá pensaban que un plan de pensiones a futuro nos hará olvidar que hoy no llegamos a fin de mes. ¡Qué generosos! Y mientras tanto, nuestros turnos se vuelven más irregulares, nuestros fines de semana de calidad se desvanecen y nuestro derecho a enfermar se convierte en un lujo.
¿Acaso algo mejora con el tiempo si no protestamos? ¿La justicia se alcanza callando? Sabemos que no. A lo largo de la historia, el silencio ha sido el arma de los que buscan perpetuar la injusticia. Cada derecho que hoy tenemos ha sido conquistado alzando la voz, con la protesta y con la lucha. Y eso no cambiará, porque nadie va a venir a regalarnos condiciones dignas si no las exigimos nosotras mismas.
La historia nos ha enseñado que cuando nos mantenemos unidas, somos imparables. Ningún acuerdo impuesto puede cambiar eso. Ninguna maniobra nos hará dudar de que la verdadera fuerza está en quienes nos levantamos y luchamos codo con codo de verdad, día tras día.
Que no nos vengan con el cuento de que “el mundo va bien”, de que “nuestras condiciones son las mejores posibles.” ¡Y un cuerno! No hay sindicato amarillo (verde ni rojo) que pueda decretar que este acuerdo es bueno para nosotrxs. Lo vemos en las cláusulas del acuerdo, en la manera en que se negoció y en cómo intentan aplastar nuestra capacidad de cuestionar.
Hoy nos enfrentamos al juicio, y una vez más, no nos rendiremos. Nos levantamos no sólo contra el acuerdo, sino contra el desprecio y la indiferencia que llevan años construyendo. Sabemos que nuestro futuro está en nuestras manos, y que este juicio es sólo el comienzo. Porque el cambio real, ese que merece la pena, siempre nace de la resistencia.
Que se enteren bien: seguimos luchando por un futuro digno para todxs. Esto no se queda aquí; es apenas el principio de una batalla por el respeto y los derechos que nos han sido arrebatados.
No nos detendremos. No nos callarán. Porque si algo tenemos claro, es que en esta lucha, no hay vuelta atrás. Esto es solo el principio.
Quien siembra precariedad, cosecha resistencia. 🌾
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